- Je je, con este camuflaje no me encontrarán nunca... bueno, espero que a la hora de comer sí me encuentren.
- Aaah, qué bien sienta sentarse a beber una cocacola después de tanto trajín...
- Yo de ti me daría prisa. Hay unos cuantos pajarracos merodeando con ganas de probar su puntería, ya me entiendes.
- ¡Hombre, okonomiyaki! ¡Ñam ñam, ya tenía ganas de probarlo!
- ¿Pero de qué hablas? Para ti hay papilla y galletitas.
- Bueeeno, venga, pero sólo un poquito y bien trituradito, ¿eh?
- Mamá, por favor, que no soy un bebé. Vale, en realidad sí lo soy, pero... bueno, yo me entiendo.
- Argfs... ¿qué ha pasado? ¿Dónde estoy? ¿Cómo he llegado hasta aquí? Qué resacaaa... creo que anoche me pasé con el sake... no me acuerdo de nada...
- Qué curiosa esta versión analógica del Puzzle Bobble...
Damas y caballeros, con ustedes ¡el fantabuloso bebé forzudo!
- ¿Eins? ¿Qué está haciendo este?
- Es la típica crisis de los cuatro años. A esa edad los hombres necesitan reafirmar su masculinidad mediante demostraciones de fuerza, o en su defecto, de payasismo.
No lo hice esta vez, pero juro sobre el manual de mi Turbo-R que algún día volveré y me zamparé la desde ahora mítica Copa De 3000 Yenes.
Para obtener la nacionalidad japonesa es indispensable aprobar el examen de "quedarse dormido en el tren".
- Vamos a ver... yo voy a tomar una papilla carbonara y unos potitos aux fines herbes. Y de postre, teta merengada.
- Ya estoy perfectamente caracterizado como un visitante ocasional de estas tierras. Podemos proceder a la exploración de los lugares de interés histórico, cultural y comercial.
- Podías haber dicho simplemente "vamos a hacer turismo".
Aprender japonés parece fácil al principio: el kanji de "árbol" parece un árbol, el kanji de "río" parece un río... pero en cuando sales al mundo real...
- ¡Aaargh! Sólo de ver ese nombre se me descompone el estómago y "me sale a devolver"...
- Pues a mí me aumentan las "retenciones", vamos que me paso días sin ir al WC...
(Hasta aquí el festival del humor, gracias a todos los redespectadores)
- ¡Esos no! ¡Te dije que quería los pañales de "Güini de pú"!
- Mira, a mí no me líes. Las reclamaciones a mi hermano, que seguro que estará encantado de atenderte.
- Hummm... si en vez de comerme esto me lo llevo a España y lo subasto entre los frikis, seguro que me saco un buen pellizco...
- Aaah, qué relajante es un buen baño caliente, ¿verdad, papi?
- Ssssí... pero... me... estoy... ¡¡¡quemandoooo!!!
- Dedico este tema a todos mis seguidores, que han estado apoyándome durante todos estos años (aunque yo tenga sólo siete meses)...
- ♬ ♪ Y cómo es éeeel... en qué lugar se enamoró de tiii... ♪ ♫
- El secreto... para dominar... a las bestias salvajes... es... no mostrar... miedo... y... mantener... el tipo...
- Vale papi, pero llevas media hora ahí clavado como una estatua... menos mal que yo ya llevo el WC incorporado, y por cierto te acabo de dejar un regalito en el pañal...
Y hasta aquí la crónica del viaje. Gracias por su atención y no olviden dejar propina al salir.
おわり。
1 comentario:
Helado flipante + hijos preciosos + tu cara con el canguro y tu hijo = no tiene precio, para lo demas master card oiga. :)
Publicar un comentario