03 febrero 2010

Visita familiar

¡DING DONG!
- Zzzz...¿eh? ¿Quién será a estas horas? Con lo bien que estaba yo durmiendo en plan borroso...


- ¡Daiki, abre! ¡Soy yo, tu querido hermanito! ¡He venido a hacerte una visitilla!
- Grmbfl, será mejor que vaya a abrir, este merluzo es capaz de despertar a medio barrio...


- ¡Hermanitooo, hacía siglos que no nos veíamos! ¡Venga un abrazazo!
- ¿Siglos? Nací hace un mes, pero si tú lo dices...


- No te preocupes, me voy a quedar un buen rato para profundizar en la relación fraternal y todas esas cosas que se dicen, je je.
- ¡Noooo! ¡Que es domingo por la mañana! ¡Quiero dormiiir!


- ¿Qué, aún no tienes dientes? O sea que de chuletones nada, ¿eh?
- Muy gracioso. A ti quisiera yo verte sin más elección culinaria que la teta derecha o la izquierda.


- ¡Jo, jo, jo! ¡Pero qué salidas tiene mi hermanito!
- ¡Ouch! ¡No me grites, que los bebés tenemos los oídos muy sensibles! ¡Y sujétame el cuello, que me descoyunto!


- Veeenga, no te enfades. Te hago un masaje relajante, ¿vale?
- Hummm, por una vez has tenido una buena idea. A ver si ahora puedo dormir un poco...


- Y ahora que ya estás más relajado, ¡toca un poco de música! ¿Qué prefieres, Cacharrowski o Ruidowinski? ¡Je, je! ¡A guan, a chu...!


- ¡...!


- Sí, me ha oído bien: quiero un billete de sólo ida al polo norte, o a algún otro sitio más silencioso si existe. ¡Y si le preguntan, usted no me ha visto!