Sí, os debo un par de entradas con fotos y cosas de mi último viaje a Japón, finalizado hace una semana. Excusas no me faltan: desde una gastroenteritis nada más llegar que nos ha tenido a Kaito y a mí postrados en cama unos cuantos días, hasta una tonelada y media de trabajo atrasado "superurgente-de-la-muerte-y-sólo-lo-puedo-hacer-yo", pasando por la clásica y socorrida vagancia perezosa.
Pero antes, quiero enseñaros algo curioso, que a buen seguro abrirá una profunda reflexión, amén de un acalorado debate filosófico-moral, sobre los límites éticos de la capacidad omniscente de esa meta-red gigantesca llamda Internet. O no, pero es curioso y ya está, leñe. Veamos primero unas fotos tomadas en un parque cercano a la casa nipona de Kyoko:




Bonito, ¿verdad? Bueno, pues ahora nos metemos en
wikimapia, nos damos un garbeo por Japón y, ¿qué nos encontramos? Pues esto (como siempre, cataclack en la imagen para verla más more):

Y si quereis el enlace directo al susodicho mapa,
helo aquí.
Conclusión: internet da miedo, o mola, o todo junto, o algo.