Con el tiempo, el niño putoso creció y se convirtió en un apuesto galán que allá donde fuera, conquistaba a guitarras y japonesas por igual.
- ¿Seguro que con esto puedo jugar a los juanquers?
- Claro que sí. Luego te lo explico en privado, muñeca.
- Claro que sí. Luego te lo explico en privado, muñeca.
Sin embargo, poco a poco el galán putosero empezó a comportarse de forma extraña...
...hasta que acabó de la forma más humillante posible: malviviendo en la calle como un Mestre Jaume cualesquiera. Aquí lo vemos en su nueva vivienda habitual:
El porqué de esta triste degeneración está en el inexorable paso del tiempo. Sí señores, este sujeto cumple hoy 30 decadencias. El pobre no ha podido soportar tal circunstancia, puesto que ahora que se supone que es adulto y responsable, ya no puede desarrollar las infantiloides actividades que acostumbraba, verbigracia:
- Alimentarse a base de chuches (mayormente regaliz negro)
- Capturar japonesas y exhibirlas en vitrinas
- Hacer juegos obsoletos incompletos
- Componer música claustrofóbica
- Decir "ijiji", "anayaaamal" o "amimaregarosha"
- Merendar un pimiento rojo en el Ambodris
- El chicharro gordo
Nota: la primera foto ha sido vilmente robada a Matra, y la séptima, al friki.
4 comentarios:
Y con pelo en la cabeza el cabron. No hay justicia.
Vaya un capítulo en la ciencia que me has preparado, lo consideraré un regalo de la familia Koizumi Vilchezca.
Por cierto, mientras leo tu blog tengo una bolsa de medio kilo aproximadamente de regaliz negro, con lo que tanto tanto no parece que esté dispuesto a cambiar.
Eso de hacer juegos obsoletos sin acabar es trampa y no vale.
No No. No por ahí no paso, demasiado mérito.
Lo pones difícil pero te machaco.
Con mi reciente PS3 me niega el alta online, sólo pidiendo fecha de compra.
hoy cumplo 46 años. Estoy leyendo esta entrada mientras como regaliz negro
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