27 diciembre 2006

Japoneando

¡Konnichiwa minna san! Tal como os prometí, con gran diligencia y premura (ejem...) procedo a contaros cuatro nimiedades sobre mi estancia en este el país del sol ardiente, o algo así.

El viaje fue bien, gracias, máxime teniendo en cuenta que en esta ocasión portábamos un bulto extra bastante dado a expresarse explícitamente en caso de malestar. Pedimos una cuna y un bote de papilla para el susodicho en el avión, pero hizo ascos de ambos adminículos y hubo que llevarlo a cuestas y alimentarlo a base de pura leche japonesa.

- Conque un vuelo de once horas, ¿eh? Vale tios, ya me despertareis cuando lleguemos...

Al salir del avión pude captar esta simpática instantánea de la cuadrilla de limpieza del avión esperando paciente y ordenadamente a que bajáramos todos. Era hasta bonito.

- ¡Atención muchachos! ¡Hay una paga extra para quien encuentre un pelo de El Lider!

Tras un viaje en coche de unos tres cuartos de hora, nos dimos cuenta de que habíamos olvidado en el aeropuerto una mochila que incluía la tarjeta creditica de Kyoko entre otras cosas (con la novedad de que esta vez no fue culpa mía). Por suerte la mochila en cuestión fue hallada por el personal aeroportuario, y dado que dicha tarjeta tiene un gran valor sentimental para nosotros, Kyoko se ofreció gustosa a volver al aeropuerto con su cuñaaaaao mientras yo me quedaba en casa. Sólo recuerdo que me tumbé y desperté N horas después sin saber dónde ni cuándo estaba. Cosas del shadow time.

En el aeropuerto se pusieron muy contentos cuando encontraron una mochila abandonada.

Bueno, pasado el susto y una vez repuestos, tocaba visitar a la familia, en concreto a los primitos del recién llegado.

- ¡Mira mamá! ¡Kyoko nos ha regalado un muñequito!


- ¡Socorro! ¡Sacadme estos frikis de encima!


Este es Wataru, un bebé que pasará a la historia por tener airbags en vez de mofletes.

Al visitar el restaurante familiar nos encontramos con el señor Maruyama, un peculiar personaje. Cliente fijo donde los haya, a cierta hora siempre se le encuentra realizando el mismo ritual: se bebe un jarrón de cerveza, y después se acerca a la nevera y coge una tónica, o bebida isoidem, o algo parecido, y la ingiere igualmente. Tal es la confianza que él mismo va apuntando en la cuenta todo lo que cosume, y va recalculando el montante total.

- ¿Seguro que no me lo puedo llevar a casa? Mira que mejor que conmigo no estará en ningún sitio...

Este señor es fan nuestro pero sobre todo de Kaito. Para congratular su nacimiento, nos hizo obsequio de una pequeña cantidad monetaria, que en la actualidad y dadas las circunstancias, nos viene como desplazadas del firmamento por efecto de la gravedad terrestre. ¡Arigatou gozaimasu, Maruyama san!

Y para terminar este rollo, he aquí una instantánea captada por las cámaras de seguridad de la clínica dental a la que acudimos mi señora y yo para realizar un formateo dental (como el dentista es amigo de Kyoko nos cobró muy poco, ¡jias jias!)

- ¡Esto es un atraco! ¡Venga, los biberones!
- ¿Biberones? Pero oiga, aquí sólo tenemos pasta de dientes...
- ¡AAAAH! ¡¡Tiene un chupete!!

Nota: A ver si los maestros de la web me pueden explicar cómo colchones quitar ese @#$% borde de los corazones...

つづく。。。

5 comentarios:

ale dijo...

bienvenido a la tierra del sol ardiente (en verano).

muy buenas las fotos de Kaito, y la historia del señor Maruyama.

lo de los corazones, debe de estar en el patrón CSS de tu blog. a lo mejor puedes ponerles una "clase" XHTML a las imágenes de los corazones, y poner en el patrón CSS que las imágenes de esa clase no tengan borde. aunque a mí no me molesta en absoluto.

también tienes los caracteres de corazón ♥ y ♡, que puedes sacar escribiendo はーと en japonés, como si de kanji se tratara. pero no están en el UTF-8, así que no son muy de fiar. a mí a veces me sale un palote.

Unknown dijo...

Más más más!! Más fotos de super Kaito, y cómo no de sus santos progenitores. Cuéntanos sus hazañas en la patria del anisaki!
Besos en los mofletes, señor Kaito.
Vanessa

Konamiman dijo...

Ale (¿hop?): He visitado esta tierra en otras ocasiones y en efecto, conozco el carácter ardiente del verano nipón, tanto al sol como a la sombra. Respecto a lo de los corazones, creo que los dejaré como están, porque a mí "patrón" me suena a Pepe Gotera y Otilio, y CSS a serie de policías. Ello no obstante, agradezco los sabios consejos ofrecidos.

Vanesa: habrá más aventuras kaitescas mientras no acabe conmigo un empacho de comida oriental (ya llevo dos en apenas quice días que llevo aquí).

ditman dijo...

Webdesigner al rescate :P

Editando la entrada, y viendo el código HTML, donde ponga:

[img src="http://bp1.blogger.com/_lsyzE9ssKAE/RZHj_x5PsOI/AAAAAAAAABg/h9LMnsFjFnU/s400/Heartillo.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5013038545104777442" /]

detrás de id="..." pones:

style="border:none"

Y ya no sale borde en el coraçao ;)

Konamiman dijo...

¡Yeah! Más vale tarde que nunca, gracias ditman (sin quitarle el mérito a ale)