No soy amigo de tales eventos, primero por mi bien conocido (o no) ateísmo recalcitrante, y segundo por el ambiente lúgubre y triste que se respira en los mismos. Y por supuesto no quería que mi retoño se traumatizara con la historia de un presunto señor presuntamente nacido de madre pero sin padre al que presuntamente clavaron a un trozo de madera.
Así pues, dada la candidez que aún emana de un infante que está por cumplir cuatro años, decidí inventarme mi propia historia para explicarle lo que estaba viendo, igual de falsa que la supuesta historia real pero bastante más entretenida. La comparto con vosotros por si algún día os veis en similar situación.
Nota: No hice fotos del acontecimiento (no tenía la cámara a mano, y tampoco habría podido hacer fotos con un mastodonte de 17 kilos en brazos), las idems que aquí veis las he robado vilmente de aquí y allá en los internetes. Los derechos de todas las imágenes pertenecen a sus respectivos propietarios y bla bla bla... vamos, lo de siempre. Allá vamos.
Estos señores de aguda testa son los puntiagudos. Se encargan a vigilar a todos los niños, y al que se porta mal le pinchan en el culete. Kaito mencionó que algún que otro compañero suyo del cole merecería algo así.
Estos puntiagudos tienen la punta caída porque ya han pinchado a niños traviesos. Ahora tienen que volver a casa a ponerse una punta nueva.
Los puntiagudos van en grupos y llevan puntas y ropas de todos los colores. Estos colores indican la comida favorita del grupo en cuestión. Pudimos ver los siguientes grupos:
- Verde oscuro: Amantes de las espinacas.
- Naranja y negro: Les gustan las naranjas y la cocacola.
- Amarillo y verde claro: Se pirran por la limonada y los helados de limón y menta.
- Rojo: Se pasarían el día comiendo fresas.
- Blanco: ¿Qué hay más rico que la nata montada?
- Azul: Les gusta jugar con plastilina azul (esto se le ocurrió al propio Kaito).
Cada grupo de puntiagudos va precedido por un cartelón como este. En él se indica la comida favorita del grupo, para que no haya confusiones. En este cartelón, por ejemplo, puede leerse claramente "¡Vivan las fresas confitadas!"
En uno de los cartelones había un dibujo como este, pero la cosa roja era amarilla y estaba atravesada por un palo. La cosa amarilla era evidentemente un limón, y estaba atravesado por un palo para que, tras un rato en el congelador, se conviertiera en un delicioso polo de limón. La llama es para evitar que se te enfríen las manos.
La banda de música sólo toca tonos monótonos de trompeta y golpes de tambor. Esto es para evitar que la gente se duerma y se pierda el espectáculo.
De vez en cuando aparecía una señora con un montón de ropa rara, o bien un señor desnudo y con barba, rodeado de un montón de velas. Resulta que esta gente cumple años, un montón de años (de ahí la ingente cantidad de velas), pero todos están tristes por algún motivo:
- A la primera señora le habían puesto velas de bombilla en vez de velas de verdad. ¿Cómo va a soplar las velas así?
- Al segundo señor le habían puesto velas de menos. Qué falta de organización.
- La tercera señora no tenía ninguna vela, ¡se habían olvidado de ponerlas! Claro, era la más triste de todas, muy cabizbaja ella.
- La tercera señora resulta que cumplía años el día siguiente, y estaba preocupada por tener que esperar un día para soplar, ya que el viento podría apagar las velas mientras tanto.
Y para terminar, de vez en cuando se oía algún cohete, que asustaba un poco a Kaito. Le tuve que explicar que dentro de las puntas de los puntiagudos hay un globo, que explota cuando pinchan a un niño malo. Pero como Kaito es muy bueno, pues no pasa nada.
En fin, prueba superada, supongo. El único problema de todo esto, es que a Kaito le ha gustado la historia, y ahora todos los días nos dice que quiere ir a ver a los puntiagudos...
11 comentarios:
Tenía que haber molado ver la cara de las yayas que había al lado al oírte contar esto a tu hijo. Seguro que más de uno se escandalizó. OMG! debían exclamar para sus adentros...
Pues de lo único que me di cuenta a mi alrededor es de una señora que tenía serias dificultades para aguantarse la risa.
Y ahora si alguien le cuentas que en realidad esos señores eran adoradores de un zombie judío que era su propio padre y que te hará vivir eternamente si comes su propia carne , no le parecerá absurdo?
XD
Ya era hora de que alguien sacara la verdad a la luz. Como diría cualquier analista sesudo: ¡escalofriante documento!
Y ahora espero que la conspiración illuminati-masona-marciano-comunista-vaticana no me persiga por haber desvelado tan importantísimo secreto...
Señor konamiman... me ha decepcionado...mucho....
La historia real no es así... Los puntiagudos en realidad son Barcterians!!!, y el señor que enganchan a un palo es el tara-tara- abuelo de Lars XVIII...
Si ejjjj que...
No he podido evitar sonreír al leer ésto...¡Una manera genial de no incluir a tu retoño en las antiguas y arcaicas tradiciones de España!
Creo que las generaciones venideras no merecen ser manchados con algo así (Un señor resucitado que mete miedo y temor en sus creyentes, amenazándoles con un infierno...¿No es terrible?). Ya es hora de avanzar.
Un saludo!
Mely,desde su mundillo interior
Muy bueno eso de integrar polos de limón y espinacas...a ver ahora como le explicas las cruces de mayo!
Esa historia es más falsa que judas!!!!!!!!
No te da obsovergüenza engañar al pobre ninio con semejantes delirios, que si comen limones, que si soplan velas...
Dile la verdad hombre que no cuesta nada, al principio es traumática pero luego se le pasa. Los ninios suelen entender bien que los fantasmas existen, tu dale un látigo con sal y que se divierta cazándolos hombre de dios!
Por cierto, Néstor, una mente analítica como la tuya cómo es que resulta ser atea y no agnóstica?
Pues no iba mal el chaval, hay un concierto de los Rolling en La Habana en 3 días, ya puedes llevartelo pa'lla XD
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