Una de las estrellas culinarias de esta zona es el takoyaki, unas bolitas rellenas con un trozo de pulpo. "¡Pero si a ti no te gusta el pulpo!" Cierto, pero el takoyaki me lo como por docenas. Misterios orientales.
Y qué decir del famoso sushi. He aquí la prueba de que los kaitenzushi (los restaurantes orientales en los que la comida viene en cintas transportadoras) no son un invento de la comunidad china afincada en la piel de toro:
Pero no sólo los platos típicos solnacienteros son dignos de degustar. La comida más "occidental" también es dominada con maestría por los gourmets locales; mención especial a postres, pasteles y repostería en general.
Y como hay que probarlo todo, un día me zampé una pizza congelada. He aquí el curioso aspecto que tienen las idems (al menos de la marca que había en el congelador) por estos lares:
Incluso Kaito ha recibido de buena gana las papillas que venden por aquí, aunque me da en la nariz que empieza a estar harto de idems y se decanta más por alimentos más sólidos...
- ¡NO! Hasta aquí hemos llegado. ¡Yo no como más papillas si me seguís poniendo estos manjares delante de las narices!
Al final, intentamos apiadarnos, pero la cosa no salió del todo bien...
つづく。。。
3 comentarios:
Que mamón, ya te veo a la vuelta programando una cinta de correr para que trabajes aeróbicamente como jamás lo has hecho! :D
Aborre!
Mas bien tiene que empezar ya no sea que le cobren mas por el billete.
soy to fan ya. ¡qué delicia de post!
nos lo vamos a tener que currar los pepinistas.
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