El viaje fue bien, gracias, máxime teniendo en cuenta que en esta ocasión portábamos un bulto extra bastante dado a expresarse explícitamente en caso de malestar. Pedimos una cuna y un bote de papilla para el susodicho en el avión, pero hizo ascos de ambos adminículos y hubo que llevarlo a cuestas y alimentarlo a base de pura leche japonesa.

Al salir del avión pude captar esta simpática instantánea de la cuadrilla de limpieza del avión esperando paciente y ordenadamente a que bajáramos todos. Era hasta bonito.
Tras un viaje en coche de unos tres cuartos de hora, nos dimos cuenta de que habíamos olvidado en el aeropuerto una mochila que incluía la tarjeta creditica de Kyoko entre otras cosas (con la novedad de que esta vez no fue culpa mía). Por suerte la mochila en cuestión fue hallada por el personal aeroportuario, y dado que dicha tarjeta tiene un gran valor sentimental para nosotros, Kyoko se ofreció gustosa a volver al aeropuerto con su cuñaaaaao mientras yo me quedaba en casa. Sólo recuerdo que me tumbé y desperté N horas después sin saber dónde ni cuándo estaba. Cosas del shadow time.
Bueno, pasado el susto y una vez repuestos, tocaba visitar a la familia, en concreto a los primitos del recién llegado.

Al visitar el restaurante familiar nos encontramos con el señor Maruyama, un peculiar personaje. Cliente fijo donde los haya, a cierta hora siempre se le encuentra realizando el mismo ritual: se bebe un jarrón de cerveza, y después se acerca a la nevera y coge una tónica, o bebida isoidem, o algo parecido, y la ingiere igualmente. Tal es la confianza que él mismo va apuntando en la cuenta todo lo que cosume, y va recalculando el montante total.
Este señor es fan nuestro pero sobre todo de Kaito. Para congratular su nacimiento, nos hizo obsequio de una pequeña cantidad monetaria, que en la actualidad y dadas las circunstancias, nos viene como desplazadas del firmamento por efecto de la gravedad terrestre. ¡Arigatou gozaimasu, Maruyama san!
Y para terminar este rollo, he aquí una instantánea captada por las cámaras de seguridad de la clínica dental a la que acudimos mi señora y yo para realizar un formateo dental (como el dentista es amigo de Kyoko nos cobró muy poco, ¡jias jias!)

- ¿Biberones? Pero oiga, aquí sólo tenemos pasta de dientes...
- ¡AAAAH! ¡¡Tiene un chupete!!
つづく。。。