18 julio 2006

Mensajeros obsoletos (en el mal sentido)

Os voy a contar una odiesa en miniatura por la que acabo de pasar, y que, si bien ha terminado bien y sin heridos de consideración, no deja de invitar a la reflexión acerca del ciberespacio, la competetitividad empresarial, el orden inherente al caos y, por qué no, los Gyoza y Shumai que acostumbro deglutir en el restaurante de mis suegros.

Resulta que hace un par de semanas compré, por fin, los billetes aéreos que me permitirán pasar las próximas navidades en Japón, en compañía de un montón de gente a la que no entiendo cuando habla (pero los quiero mucho, mis sobrinos sobre todo son encantadores). Los billetes los compré en la web de KLM, y me los enviarían a casa por mensajero.

Todo normal hasta que pasaron dos días y recibí una llamada telefónica. Una señorita me contó lo siguiente: "Buenos días, le llamo de la empresa XXX (protejamos a los inocentes, que de todo hay en todas partes), tenemos un paquete para usted procedente de KLM, pero no encontramos su dirección. ¿Me puede dar algunas indicaciones para el chico que hace el reparto?"

A lo que yo, en principio, me quedé a paralelepípedos. ¿Cómo es posible que no encuentren mi dirección? Bueno, he de admitir que vivo en una calle pequeñita de una urbanización colindante a la capital balear... pero el correo me llega puntualmente, sin problema alguno de localización para el cartero. Bueno, paciencia, un mal día lo tiene cualquiera. Le di las ansiadas indicaciones.

Total que pasa el día y el paquete no llega. Llamo al día siguiente y me dicen: "Es que el chico no encuentra la dirección (eso ya lo sé, cielo), debe ser porque la calle es nueva (NO, no lo es) y es difícil de encontrar". Toma castaña pilonga.

Pasan los días y el paquete no llega. Se suceden las llamadas. Quedamos en que el repartidor me llamará y yo le guiaré. No me llama. Al final se me enciende la lucecita esas de los tebeos, y le digo a la señorita atendiente: Mire en Google Maps que ahí aparece bien claramente la dirección. A lo que la rspuesta es... atención (redoble)... esta: Es que no tenemos internet, sólo acceso a un mapa interno en el que su dirección no aparece. ¡¡Aaaaaah amigo!!

Finalmente el paquete ha llegado. En la última llamada averigüé que el repartidor anterior era nuevo y no conocía la zona, y en cuanto ha vuelto el repartidor habitual (estaba de vacaciones o algo así, supongo), todo ha ido a pedir de cavidad bucal.

Bien, y ahora la reflexión, moraleja, nuncatacostarás o como prefieras:
  1. Una empresa sin acceso a internet hoy en día, tiene delito. Pero si además se trata de una empresa de mensajería, la cosa raya el humor absurdo. Espero que en esa empresa no tengan un jefe del tipo "mejor no damos internet a los empleados porque se pasarían el día viendo porno", que los hay, porque en ese caso, de verdad que les compadezco.
  2. Vale, supongamos que tienen una aplicación propia de mapas y localización de direcciones. ¿Cómo es posible que no aparezca mi dirección? Mi casa existe desde hace VEINTE AÑOS, la calle existe desde hace más tiempo. Y vale que es una urbanización, pero tampoco estoy en la cima de una montaña del Himalaya ni en una fosa abisal. ¿De qué año son los datos que manejan?
  3. Bueeeeno, no tienen internet y no aparece la dirección en el mapa. Entonces, ¿por qué no le dicen al repartidor: "Métete en el primer cibercafé que veas y busca la dirección en Google Maps"? ¿La empresa no puede pagar el euro que costaría dar ese paso?
  4. No hay internet, no hay mapa, no hay cibercafés... pero saben el nombre de la urbanización, ¿no pueden plantarse allí y preguntar a alguien?
En fin, imaginaos que por culpa de este lamentable incidente me quedo sin degustar los Gyoza, Shumai y otras delicias surgidas de las hábiles manos de mis suegros. Tamaña tragedia no entra siquiera en mi imaginación.

Y es que, como dijo un venerable obsoleto tiempo ha: A mí es que hay cosas que no me entran...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me paso iguaul el verano pasado con (yo si lo voy a decir) SEUR, el chico que habitualmente hace el reparto y del que incluso me he hecho amigo (ya me deja los paquetes incluso en el trabajo si le pilla pasar por alli) se fue de vacaciones, y adios, toda el area bloqueada, de hecho el titular tuvo que dejar sus vacaciones para despues y orientar al nuevo en esta ciencia del reparto, aparte de recuperar los dias perdidos.

Un saludo, y ya contaras algo desde la Euskal.

Unknown dijo...

Hola

A mi me paso algo peor, me llamaron desde la empresa de mensajería para quedar en una hora de reparto.

Yo hablaba en mi lengua vernácula, el catalanesco, y la señorita en españolesco, hasta ahi debería ser normal, que cada uno hable lo que le salga de la XXX, pero no! La PerPrsona que hay al otro lado de la linea me insta a que cambie de idioma para entendernos...

Yo me niego (en castellano, no sea cosa que cuelgue) y le pido que me pase a una operadora que me entienda. Esta se niega y me dice que hable con su jefe, le digo que bien, pero curiosamente no me lo pasa, no está. Le digo que llamaré más tarde.

Cuando llamo se niega a pasarme a su superior e intenta discutir... y todo por cabezona, por que no me va a hacer creer que no puede tomar unos simples datos en Catalanesco!

Al final llame a la empresa que me hacía el envío y ellos lo arreglaron (claro, eran de Barcelona, que si no...) Y no sé que paso con la "amable" señorita, lo que sí está claro es que nunca utilizaré los servicios de esta empresa en Palma.

Hastaa

Anónimo dijo...

Pa mear y no echar gota xDDDDD