06 enero 2007

Japoneando 3: De papeo en papeo

Los que me conoceis ya sabeis que soy un gran aficionado al comercio, es decir, a la ingesta sibarita de alimentos cuanto más deliciosos y abundantes mejor. Los viajes a Japón son una gran oportunidad de cultivar tan noble arte, y más en Osaka, zona de la que los propios nipones dicen que es la cocina de Japón.

- Ah, qué gran esfuerzo y sacrificio supone acostumbrarse a la gastronomía local...

Una de las estrellas culinarias de esta zona es el takoyaki, unas bolitas rellenas con un trozo de pulpo. "¡Pero si a ti no te gusta el pulpo!" Cierto, pero el takoyaki me lo como por docenas. Misterios orientales.

- Está de miedo, pero ¡¡queee-eee-eeemaaaa!!

Y qué decir del famoso sushi. He aquí la prueba de que los kaitenzushi (los restaurantes orientales en los que la comida viene en cintas transportadoras) no son un invento de la comunidad china afincada en la piel de toro:

- Ay quién maneja mi barca, quieeen...

- ¡Jo jo! ¡Pinchito de pollo y sushi de maiz y mayonesa! ¡Cómo me conocen!

Pero no sólo los platos típicos solnacienteros son dignos de degustar. La comida más "occidental" también es dominada con maestría por los gourmets locales; mención especial a postres, pasteles y repostería en general.

- ¡Todo para mí! ¡¡Aunque reviente!!


- ¡Uaaaaah! ¡No sé cuál de los dos me voy a comer primero!

Y como hay que probarlo todo, un día me zampé una pizza congelada. He aquí el curioso aspecto que tienen las idems (al menos de la marca que había en el congelador) por estos lares:

- ¡Qué suerte! ¡He encontrado una pizza de cuatro hojas!

Incluso Kaito ha recibido de buena gana las papillas que venden por aquí, aunque me da en la nariz que empieza a estar harto de idems y se decanta más por alimentos más sólidos...

- Humm, qué buena pinta tiene ese takoyaki...


- ¿Qué papilla ni qué...? ¡Yo quiero ese pedazo de ensalada!


- ¡Bah! Okonomiyaki, okonomiyaki... ya ves tú qué cosa...


- Mami, mira, hoy para variar, tú te comes la papilla y yo me como esto, ¿vale?


- ¡NO! Hasta aquí hemos llegado. ¡Yo no como más papillas si me seguís poniendo estos manjares delante de las narices!

Al final, intentamos apiadarnos, pero la cosa no salió del todo bien...

- ¡Por fin! Pero... ooops, ¡si no tengo dientes!
- ¡Aaah! No hay dientes, no hay pizza...

つづく。。。

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que mamón, ya te veo a la vuelta programando una cinta de correr para que trabajes aeróbicamente como jamás lo has hecho! :D

Aborre!

Anónimo dijo...

Mas bien tiene que empezar ya no sea que le cobren mas por el billete.

ale dijo...

soy to fan ya. ¡qué delicia de post!
nos lo vamos a tener que currar los pepinistas.